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El caso Sancho: análisis de lenguaje no verbal

por | Abr 12, 2024

Estos días está de rabiosa actualidad el caso del reconocido asesinato del doctor colombiano Edwin Arrieta a manos de Daniel Sancho, hijo del famoso actor español Rodolfo Sancho. Ha empezado ya el juicio que determinará el devenir de Daniel, con la cadena perpetua como condena más probable. No obstante, la pena de muerte asoma en […]
El caso Sancho: análisis de lenguaje no verbal

Estos días está de rabiosa actualidad el caso del reconocido asesinato del doctor colombiano Edwin Arrieta a manos de Daniel Sancho, hijo del famoso actor español Rodolfo Sancho.

Ha empezado ya el juicio que determinará el devenir de Daniel, con la cadena perpetua como condena más probable. No obstante, la pena de muerte asoma en el horizonte en base a la legislación de Tailandia, el país donde Daniel Sancho cometió y reconoció el crimen. Es en este lugar donde se encuentra encarcelado a la espera de la conclusión de un juicio que ha empezado estos días.

El lanzamiento de un nuevo docushow por parte de HBO Max: «El caso Sancho» contribuye a la notoriedad del caso. Y la realidad, palpable en medios y redes sociales, es que a todo el mundo le ha chocado la actitud de Rodolfo. Sobre todo con los dos fragmentos que se han hecho más virales: cuando achaca a la edad de Daniel su comportamiento (pese a estar cerca de cumplir 30 años) o cuando verbaliza que aquí hay dos víctimas y un fallecido.

Para mí, el problema principal lo ilustra ya la misma portada de la serie. Esta es la pose, el sentir y la actitud que de manera más o menos consciente esperamos de alguien que se encuentra en las circunstancias de Daniel. Y, en consecuencia, esperamos que el mensaje verbal vaya por ahí. Desde el dolor, el abatimiento, el afligimiento.

Todo ello pese a que la imagen que tenemos más reciente de Rodolfo está asociada a una actitud de enfado, desafiadora y probablemente altiva cada vez que se encuentra con la prensa donde sea. Sin ir más lejos, de camino a la entrada a los juzgados tuvo un nuevo altercado con los medios ahí presentes, donde nerviosamente les recordaba que en Tailandia grabar y fotografiar a las personas es delito (en sus palabras).

Pero en las apariciones de Rodolfo en este primer capítulo, de unos 45 minutos de duración, han estado marcadas porqué y cómo se expresa. Nos habla desde algo así como un conocimiento de la vida superior. Dice ser (y así se expresa) como alguien frío. Autocontrolado, parafraseando sus propias palabras. Viene a decirnos que prácticamente lo que ha pasado es como una prueba que la vida nos puede poner a cualquiera.

Eso sí, su corporalidad muy a menudo es de incomodidad, nervios, abrumación.

Vemos muchos gestos adaptadores. Contactos con nosotros mismos que solemos hacer cuando estamos experimentando algún tipo de negatividad con lo que sentimos, vivimos o con lo que nos rodea. Y los hacemos para autocalmarnos a nosotros mismos en situaciones así. Vemos también muchos pinzamientos de nariz y gestos de labios sellados, a menudo asociados a momentos de incomodidad, negatividad, etcétera. Sobre todo, el gesto de labios sellados en un gesto que puede aparecer cuando optamos deliberadamente por callar la totalidad o parte de un mensaje que con gusto daríamos en mayor detalle. Pasa lo mismo con un gesto que también hace continuadamente consistente en llevarse la mano a la boca, como si se la tapara, en infinidad de ocasiones durante el documental.

Por todo ello, puede que su discurso refleje fielmente aquello que en realidad piensa o siente, pero puede parecer a veces impostado o que no concuerda con su pensamiento o sentimiento real.

Y encima hay un contraste muy grande al final. Cuando vemos que en el próximo episodio saldrá la familia de Edwin Arrieta. Y vemos sobre todo a su hermana con una corporalidad compungida, dolorida. Más “esperable” que lo que hemos visto en Rodolfo

Todo ello hace que al publico le choque la actitud y mensaje de este último. Que no empatice en su gran mayoría con él. Y en consecuencia tampoco con su hijo, por mucho que en el documental nos pongan clips de él de pequeñito con su padre y con su abuelo que yo he visto como muy fuera de lugar.

En conclusión, este discurso y actitud de Rodolfo debe ser fruto de alguna estrategia comunicativa que ha diseñado con su equipo para transmitir fortaleza y confianza, una aparente normalidad controlada y, seguramente, también inocencia.

Que no creo que le beneficie mucho a ojos vista de las reacciones del público en general.

Y, si te preguntas porque se ha prestado a participar en este documental, su propia abogada ha afirmado que simple y llanamente por dinero. Para costear el proceso en Tailandia

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