El lenguaje no verbal y la comunicación corporal acostumbran a tener en las personas un impacto considerablemente mayor al que tienen las meras palabras.
De manera más o menos consciente, podemos ser impactados y sacar nuestras propias conclusiones sobre infinidad de características de las personas solo por cómo las vemos moverse. Por cómo las vemos gestionar el espacio o el territorio. Por cómo se muestran sobre todo en momentos de crisis.
La corporalidad de un líder
De la misma manera que no existe una única ni mejor manera de liderar, tampoco existe un único lenguaje no verbal propio de un buen liderato. Pero sí existen una serie de características que la mayoría de la población puede asociar a un líder o a un buen líder, de la misma manera que otras características serán automáticamente asociadas a un mal líder o a alguien que no tiene manera de líder.
A continuación, veremos algunos de ellos.
La línea de comportamiento habitual
De manera general, el líder de una asociación suele a tener movimientos firmes, pero no agitados. Seguros y medidos.
Rara vez veremos a un líder andando todo el tiempo agitado o a trompicones por la oficina. Además, su corporalidad suele ser de alta influencia en cómo “respira” una organización.
Un líder no solo impregna de su pensamiento o manera de liderar a cómo se organizan o distribuyen las personas y tareas, también lo hace su corporalidad.
Los momentos de crisis
En condiciones normales podemos encontrar pistas que dentro de un grupo nos indican quién es el líder. Pero es sobre todo en momentos de crisis cuando más fácil es encontrar estas pistas. En este tipo de situaciones, automáticamente todas las personas dirigirán su mirada, y probablemente también orientarán en mayor o menor medida sus cuerpos, a la figura que a ellos les transmite la máxima autoridad. Es un movimiento inconsciente que suele delatar cómo se organiza un grupo.
Y en esta situación es cuando un líder se juega mantener, mejorar o reducir su capacidad de liderazgo en el grupo. Si no es capaz de procesar todas las miradas que recibe y, por ejemplo, lleva su mirada al suelo o a un punto perdido de la sala donde se encuentren, es muy probable que pierda puntos a ojos de su equipo. Ocurrirá todo lo contrario, si mantiene y sostiene esas miradas.
Así mismo, es en estos momentos donde un líder debe ser consciente del impacto que tiene en quienes le rodean. Porque en estas situaciones, el sistema entero no sólo dirigirá su mirada al líder, si no que se contagiará de lo que vea en él (neuronas espejo, ya sabes😉).
Si ven que su líder está templado y sereno, cómo mínimo no se pondrán peor de lo que están. Pero si advierten el más mínimo atisbo de preocupación o miedo, es posible que ellos experimenten esa misma sensación o emoción aumentado unas cuantas veces más.
Piensa si no en qué harías si estás en un vuelo y empiezas a experimentar un episodio de turbulencias severas. Seguramente, buscarás rápidamente con la mirada a cualquier miembro de la tripulación y te fijarás en qué cara hace. Si le ves tranquilo, te contagiarás, en parte, de esa tranquilidad. Pero si adviertes miedo o tensión en su rostro, por la razón que sea, seguramente te preocuparás aún más.
La escucha
De un buen líder se espera que sea un buen escuchador. Que haga que las personas que necesitan de su tiempo sientan que están siendo escuchadas y sostenidas.
Por todo ello, el líder debe reflejar sobre todo con su cuerpo que está practicando una escucha empática. Por todo ello, es conveniente que:
- Deje de hacer otras tareas mientras escucha: mirar el móvil, observar por la ventana, escribir en el ordenador,…
- Oriente todo su cuerpo hacia quien tiene delante. Las personas podemos llegar a sentir de manera más o menos consciente cuando alguien nos está escuchando o no. Y la manera cómo vemos que esa persona se orienta o no hacia nosotros tiene una alta responsabilidad en ello.
- Se muestre calmado y sereno a la hora de escuchar. Siendo consciente de que por ejemplo una mala cara suya como reacción a algo que le acaba de decir un empleado puede tener un altísimo impacto negativo en él.
Evita gestos que restan autoridad
A continuación, te indico una situación bastante típica que se puede observar en un equipo de personas que acuden juntas a una negociación: en un momento dado, alguien contesta a una pregunta comprometida que le hace la otra parte de la negociación. Antes, durante o inmediatamente después de contestar, esa persona dirige una mirada hacia otra persona de su equipo. Esta mirada se conoce como mirada de aprobación, y es la mirada que hacemos hacia nuestra figura de mayor autoridad como esperando o bien su confirmación o bien su no confirmación.
También un buen líder debe procurar qué proyecta todo el tiempo con su cuerpo. Desde su manera de sentarse en la mesa a su manera de andar. Es propio de personalidades que proyectan seguridad y confianza el que hagan un mayor uso del espacio que les rodea. Que adopten preferiblemente posturas abiertas y expansivas antes que posturas cerradas, que todos asociamos inconscientemente a momentos de estar experimentando negatividad
Y, por último, es auténtico, es él mismo
No hay peor líder que aquel que imposta sus palabras o lenguaje no verbal. A menudo los líderes intentan verse más convincentes o autoritarios adoptando gestos o corporalidades que se ven a la legua que son impostados. Esto aún les resta más autoridad. La mejor manera de integrar nuevos gestos o maneras de comunicar con el cuerpo es ir haciéndolo de manera natural y paulatina. Que acabemos haciendo nuestros aquellos movimientos que nos hacen transmitir un mejor liderazgo, pero poco a poco y de manera natural.
Por todo ello, ayudo desde hace más de veinte años a las personas a comunicar mejorar su liderazgo. Para que ellos se noten más seguros y confiados, y que a la vez sean capaces de transmitirlo.
Lo experimente en mi trabajo varias veces, en momentos de tensión como buscan la aprobación y como impacta en el personal el cambio de actitud con diferentes líderes
Así es! Muchas gracias por tu comentario, Constanza!
Es muy verdad lo que describes, tengo una jefa, no entiende que es mejor liderar que mandar, siempre vive nerviosa y en situaciones de estrés laboral, grita a todo el mundo y llora.
Es una pena porque es buena persona, sin embargo en el ámbito laboral, sólo trasmite estrés!! A tooodooss
Espero que logre trabajárselo y que os acabe repercutiendo positivamente a todo el equipo. Gracias por comentar, Adriana!